Durante la venta de tu propiedad, es muy natural y humano tener inquietudes y preocupaciones. Los problemas pueden venir cuando estas se acentúan y te llevan a tomar malas decisiones.
Conocer cuáles son y a que podrían llevarte te preparará para que puedas afrontarlas mucho mejor y no te pasen factura.
A través de los años he podido identificar este patrón de pensamientos en la mayoría de mis propietarios y quiero decirte que desde que comencé a compartir con ell@s esta información, allá por el 2015, he logrado que afronten las diferentes fases de la venta mucho mejor, consiguiendo minimizar el trauma que supone este proceso lleno de emociones.
He comprobado como esta información les ha servido de escudo protector del hemisferio derecho de su cerebro. Si bien en cada fase de la venta he tenido que recordar que estas sensaciones son muy normales, mi intervención a la hora de dar perspectiva a decisiones que consideraba desacertadas ha sido menos necesaria.
Sin más preámbulo, esto es lo que puedes encontrarte durante la venta de tu hogar. Si vendes sin intención de comprar, sigue leyendo hasta llegar al tercer punto, y si tu intención es vender para comprar, te invito a quedarte hasta el final.
1. No voy a vender
Esto puede pasarte incluso utilizando nuestra solución de venta.
Como norma general, si la venta se dilata en el tiempo por más de un mes, puedes llegar a tener esta preocupación en algún momento. No obstante, cada caso es distinto.
Recuerdo una venta que se dilató hasta cinco meses, un trabajo del que no estoy nada orgulloso.
Cabe destacar que desde nuestra organización no se envían reportes semanales con largas estadísticas, en su lugar, se ofrece a l@s propietari@s la posibilidad de contactar para preguntar cuándo quieren.
La vendedora en cuestión, a quien no le sobraba el tiempo, no contacto ni una sola vez.
Tras la venta, lejos de estar decepcionada, me hizo saber lo contenta que estaba por haber logrado la venta al precio propuesto de inicio.
En el otro extremo, me encontré con una propietaria cuyo inmueble entro en el mercado un viernes al mediodía y el martes siguiente ya estaba reservado. ¡Imagínate su alegría!
Si esto te cuesta de creer, lo que vine a continuación aún te parecerá más increíble.
Esta misma propietaria me contacto el lunes por la mañana con la idea de que el precio era demasiado alto como para que alguien quisiera comprar.
Sea cual sea tu caso, ya te identifiques estando más hacia un lado u otro de la balanza, recuerda que estás en buenas manos. No hay necesidad de anticipar problemas. Lo más probable es que logremos una reserva de un comprador apto en unas tres semanas.
¡Ojo! No es una promesa, es una estimación basada en resultados obtenidos en el pasado.
Si vendes como particular, esto te interesa especialmente. Toma nota de lo que viene a continuación.
Puedes beneficiarte de esta experiencia que se repite en muchos particulares y emprender este viaje desde un nivel más elevado.
Este es un camino que comenzarás con mucho optimismo.
-Voy a poner mi casa a la venta. Es un hogar especial. Pondré un precio para probar y algún caprichoso picará. Ya he realizado algunas compraventas y se me da bien.
Si te equivocas a la baja en el precio, venderás rápidamente, pero tras formalizar la compraventa ante notario, te sobrevendrá el pensamiento de que podías haber vendido por más.
No le des demasiada importancia. No puedes modificar el pasado, sin embargo puedes no darle poder sobre tu futuro.
Si el precio que has elegido es realmente alto este optimismo con el que comienzas se verá rápidamente truncado en el momento en el que te encuentres inmerso en la cruda realidad del mercado, en la que tu comprador está en el polo opuesto y juega con la ventaja de meses observando y aprendiendo a interpretar la valiosa información que l@s particulares y las inmobiliarias revelan involuntariamente en las webs de compraventa y en persona.
No será tras la primera experiencia, ni siquiera tras la segunda, pero llegará el momento en el que este escenario negativo pueda llevarte a la frustración y esta a tomar una mala decisión.
Puede que bajar el precio sea algo a lo que aún no estés dispuest@, pero probablemente sientas la tentación de a acudir a alguna de las agencias inmobiliarias que en su día, ya te llamaron entonando cantos de sirena.
¿Pero, piénsalo bien, necesitas una inmobiliaria, es decir, un servicio para conectar?
Para ese momento, ya habrás comprobado que con un solo anuncio en una web reconocida conectas con absolutamente todos los compradores. Lo que realmente necesitas es procesar a un comprador de manera que este esté dispuesto a pagar el valor real de tu propiedad.
Así que te desaconsejo totalmente contratar a una agencia inmobiliaria y menos aún adquirir una permanencia. La razón de ser de las permanencias es que lo que viene después, no te va a gustar, de lo contrario no serian necesarias, serías tú quien querría seguir.
A pesar de que ahora te parezca obvio y sabiendo que no lo necesitas, si llegas a desesperarte podrías caer fácilmente con argumentos como: grandes carteras de compradores privadas, tu casa en 50 portales inmobiliarios, gran red de agencias colaboradoras, financiación para todos los compradores, tu inmueble en revistas publicitarias de gran interés en cada buzón o “Tenemos una familia que ya ha vendido y busca una casa como la tuya para ya.”
¿Entonces la solución seria bajar el precio?
No, a no ser que la bajada deje a tu inmueble realmente por debajo de su valor será interpretada como el primer síntoma de debilidad.
“Mira, ya la han bajado de precio, comienzan a tener prisa, esperaremos a que siga bajando y cuando esté a precio de mercado haremos una oferta a la baja.”
Por extraño que pueda sonar, las personas no quieren comprar más barato, quieren tener la certidumbre de estar comprando al mejor precio posible, que es bien distinto. Así que no bajes el precio si no deseas entrar en una batalla de egos que siempre gana el que paga.
Llegado este momento, la mejor solución será que retires tu propiedad de la venta hasta que el patio de compradores se haya renovado parcialmente y vuelvas a comenzar desde la experiencia.
Entrando en el mercado habiendo modificado lo que creas que te impedía lograr tu objetivo.
Solo ten paciencia y no tomes decisiones importantes desde la desesperación.
Tarde o temprano lograrás obtener un comprador dispuesto a formalizar un contrato de arras. Tras la alegría vendrá el..
2. ¿Estaré haciendo bien?
Puede que seas de l@s poc@s que se mueren de ganas de salir pitando de donde viven, aun así creo que no te libraras de este pensamiento.
Primero, por los recuerdos.
De seguro, muchas de las vivencias que has tenido en tu hogar son hoy recuerdos memorables, lo que te producirá cierta nostalgia, pero debes tener en cuenta que estos recuerdos no van a desaparecer, sino que permanecerán contigo.
De igual manera, te invito a imaginar los nuevos recuerdos que podrás crear en un hogar que se ajuste mejor a las necesidades que quieres cubrir en esta nueva etapa de tu vida.
Segundo, por lo que has invertido en tu casa.
No necesariamente hablo en dinero, sino del tiempo que le has dedicado a lo largo de los años, lo que contribuye a qué tenga para ti un alto valor.
Puede que haya más motivos que te apeguen a tu casa, pero sería una lástima no seguir adelante con la venta por alguno de los anteriores.
Es importante que llegado este momento recuerdes porque decidiste vender.
Una vez lo tengas claro y avances formalizando un contrato de arras, vendrá el…
3. No voy a encontrar nada como yo quiero
La incertidumbre de no saber dónde vivirás en el futuro junto a la fecha límite marcada en el contrato de arras puede que te tenga intranquil@. ¡Y a quién no!
Quiero darte un mensaje tranquilizador. Todos mis vendedores que han optado por nuestra solución de búsqueda y compra segura, han encontrado una propiedad que se ajusta a sus necesidades, y los que no, también.
Lo importante es haber tenido esto en cuenta a la hora de la firma del contrato de arras, habiendo pactado un tiempo prudencial de entrega.
Qué no debes hacer
- Salvo que no necesites el dinero de tu casa para comprar la siguiente o te compense correr el riesgo de perder dinero, no reservas una vivienda si no tienes por lo menos unas arras firmadas de la tuya.
- En el extraño caso que no encontraras una propiedad que te encaje, si tus expectativas son razonables, no compres desde la necesidad.
Sé que una mudanza es trabajo, dos, doble de trabajo, pero sigue siendo mejor pasar unos meses en una propiedad de alquiler que comprar algo que no es exactamente lo que buscas.
Espero que encuentres útil la información compartida.
Valoro muchísimo tu tiempo y te agradezco que lo hayas destinado a leerme.
Marc Ortiga Ciurana
bclever realty